La clínica de la Doctora Meli abarca, como ya sabes, la cirugía pediátrica; y trata a muchos pacientes adolescentes con problemas diversos. Como es lógico, muchas de las consultas que recibimos son de adolescentes de diferentes edades muy preocupadas por el desarrollo de sus senos: la mayoría de ellas no se sienten seguras con la forma o el tamaño de su pecho.

Por lo tanto, una de las grandes cuestiones es: ¿a partir de qué edad podemos operarnos el pecho?

La respuesta depende de múltiples factores en función de cada caso individual. Como siempre decimos: no hay dos pacientes iguales. ¿Cuáles son, pues, los problemas más frecuentes que nos encontramos en mama adolescente?

La mama adolescente difiere mucho de la mama adulta: los tejidos son más jóvenes y elásticos; su tamaño suele ser más pequeño; lo más normal es que no haya habido embarazos ni fuertes cambios hormonales; y su consistencia es diferente, siendo una mama más glandular o más dura.

Lo más frecuente es que existan asimetrías en la mama adolescente: porque no es una mama que haya llegado a alcanzar su crecimiento total. (De hecho, ningún ser humano es completamente simétrico).

No obstante, existen muchos casos en los que estas asimetrías sí son preocupantes. Incluso tenemos gran cantidad de pacientes en las apreciamos que una mama se ha desarrollado completamente y la otra no.

Si nos encontramos con una alteración del desarrollo mamario, lo más conveniente es ponerle remedio lo antes posible, puesto que la adolescencia es un momento crítico. Solucionar este tipo de problemas evita daños en la autoestima de las pacientes y hace que tengan una mejor relación con su cuerpo.

En tales casos severos, sí existe indicación quirúrgica incluso en pacientes de 13, 14 o 15 años. Eso sí, las técnicas serán diferentes a las que aplicaríamos en una paciente adulta. Los tejidos de una adolescente están en proceso de cambio, por ello debemos ser sumamente cuidadosos.

Si corregimos radicalmente, de una manera demasiado temprana, una asimetría, al final del crecimiento podríamos encontrarnos con un nuevo problema en la simetría de los senos. Y tendríamos que volver a operar.

Por lo general, y mientras no exista un problema tan severo, para intervenir a una adolescente deberíamos esperar a que su proceso de desarrollo se complete. Idealmente, si no existen malformaciones graves, lo más recomendable es que la paciente tenga 18 años.

¿Una menor puede ponerse implantes?

En nuestra clínica desaconsejamos totalmente la introducción de prótesis mamarias para el aumento de pecho en pacientes que no hayan alcanzado la edad adulta.

La ley española marca que, entre los 16 y los 18, queda en manos del cirujano y de los padres asumir el riesgo que existe en la colocación de una prótesis mamaria.

Por ello, si hablamos de una reconstrucción mamaria por una patología (como ocurre con el cáncer de mama en las mujeres adultas) sí podría valorarse. Pero introducir implantes en menores de 18 años por una indicación puramente estética no lo recomendamos en absoluto.

¿Por qué? Pues porque las prótesis no duran para siempre. A lo largo de la vida los implantes mamarios deben cambiarse. Y si una joven de 16 años se pone unos implantes, es totalmente imposible que dichas prótesis no deban ser recambiadas en algún momento. En el caso de pacientes tan jóvenes, lo normal es que deban cambiarlos hasta dos o tres veces en su madurez.

¿Y qué técnica se utiliza para mejorar la mama de una adolescente menor de edad?

Si no se introducen implantes, ¿entonces qué alternativa existe para las adolescentes? En tales casos, ofrecemos una técnica muy interesante, segura y efectiva para corregir asimetrías y mejorar la forma de los senos.

El lipofilling mamario consiste en el injerto o el relleno con grasa sobrante de la propia paciente. Y es la mejor técnica para abordar este tipo de problemas en menores de edad.

Si quieres más información sobre mama adolescente y lipofilling, no te pierdas este artículo.

¿A partir de qué edad se puede hacer una reducción mamaria?

Como seguramente ya sabes, unas mamas excesivamente grandes no son solo un problema estético: pueden llegar a afectar muy negativamente a las mujeres que las tienen y empeorar su calidad de vida.

Especialmente, si hablamos de una adolescente. Aquí podemos encontrarnos con graves problemas de autoestima, dificultades para relacionarse con otros chicos o chicas de su misma edad, problemas para hacer deporte, tendencia al aislamiento y a una excesiva timidez, negativa de ir a la piscina o a la playa…

Si bien lo más recomendable siempre es esperar a que la joven cumpla los 18 años para llevar a cabo la intervención, es cierto que a veces nos encontramos con casos de adolescentes más jóvenes que sufren mucho por tener unos pechos demasiado grandes. Los cuales les provocan, incluso, dolores y problemas en sus huesos y musculatura.

En tales circunstancias, la cirugía de reducción mamaria sí puede considerarse.

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