Ningún ser humano es totalmente simétrico. Todos tenemos una mano un poco más grande que otra, o un pie, un ojo o, por supuesto, un seno ligeramente diferente al otro.

No obstante, cuando estas asimetrías son muy llamativas, entonces es muy probable que nos encontremos ante un problema más importante y que la solución necesitemos encontrarla en manos muy experimentadas en cirugía plástica, estética y reparadora.

Las asimetrías mamarias más graves se engloban, por lo general, en dos problemas: el Síndrome de Poland y las mamas tuberosas.

  • Síndrome de Poland: Se describió en el siglo XIX, y es una malformación congénita (de nacimiento) que pueden sufrir tanto mujeres como hombres. Se caracteriza principalmente por la ausencia o el subdesarrollo de la parte más anterior del músculo pectoral mayor.

A la falta de formación del músculo pectoral a veces se suma falta de desarrollo de la pared torácica (en algunos casos nos encontramos, incluso, ausencia de algunas costillas). Aunque lo normal es tener una mama muy pequeña (sin areola ni pezón en ocasiones), a veces no existe ni rastro de desarrollo mamario.

Nos encontramos pacientes en las que solamente necesitamos colocar un implante, consiguiendo así solucionar su asimetría, mientras que en otros casos necesitamos enfrentarnos a una reconstrucción del área mucho más compleja. En estos casos combinamos reconstrucciones similares a las oncoplásticas (las que se realizan tras un cáncer de mama) con técnicas de reconstrucción de la pared torácica.

Afortunadamente, es un síndrome muy poco frecuente. Y en manos de especialistas de la cirugía plástica, estética y reparadora tiene solución.

Si quieres saber más, aquí tienes un artículo completo sobre este síndrome.

  • Mamas tuberosas: Seguramente este problema te suene más, porque esta anomalía del desarrollo mamario es mucho más frecuente. De hecho, muchas mujeres no saben lo que les ocurre y viven totalmente a disgusto (cuando no acomplejadas y con importantes problemas de autoestima o relacionales).

Una de las características más evidentes de este problema es que la mama tiene un aspecto constreñido: como si tuviera un anillo apretando la base que impidiera el correcto crecimiento; provocando así su forma de tubo.

Tan importante es saber diagnosticar las mamas tuberosas como ser expertos en las diferentes técnicas que requiere su cirugía. Solo así conseguiremos los mejores resultados. De ahí la importancia vital de un diagnóstico personalizado que analice bien todas las características de esa mama.

Es importante tener en cuenta que no todas las pacientes tienen el mismo grado de asimetría en sus mamas tuberosas. Por lo que cada intervención será diferente y requerirá de una técnica o una combinación de técnicas distinta.

En los casos más severos hablaremos de técnicas de reconstrucción para darle a la zona una forma adecuada, además de la introducción de prótesis anatómicas.

La cirugía de mamas tuberosas es muy agradecida: sin duda, cambia la vida de las mujeres para siempre.

Hemos hablando mucho de este problema en nuestro blog: puedes encontrar más info, por ejemplo, en este enlace.