¿Qué pasa cuando la forma de nuestras orejas no nos convence? Cuando al mirarnos al espejo nos molesta ver que nuestras orejas son demasiado grandes, o bien notamos que están demasiado planas, esto nos impide sentirnos bien con nosotros mismos. Y nuestra autoestima se resiente.

Los únicos casos de orejas antiestéticas no son las conocidas como orejas de soplillo, las cuales están demasiado despegadas del rostro. También existen personas que, al tener las orejas demasiado grandes, se sienten insatisfechas.

Incluso puede darse el caso de que ambas problemáticas coincidan: que sintamos que el tamaño de nuestras orejas es excesivo y que, además, éstas estén muy despegadas de nuestra cara.

¿Te sientes identificado? En tal caso, te interesará mucho saber más sobre la otoplastia de reducción. Te explicamos en qué consiste esta intervención para reducir y remodelar las orejas.

¿Qué es una otoplastia de reducción?

La otoplastia de reducción consiste en una cirugía que, como su propio nombre indica, sirve para reducir el tamaño de las orejas cuando éste le resulta al paciente demasiado excesivo. Suele considerarse que una oreja tiene un tamaño normal cuando cuenta con 6 o 7 cm de longitud.

Muchos pacientes, o bien no tienen las orejas despegadas, o no solamente es eso lo que les molesta de ellas: el tamaño les resulta muy grande y tampoco les convence su forma, que tiende a ser demasiado plana y apenas redondeada en su parte superior.

Para ellos, la solución se encuentra en esta técnica quirúrgica, que es un poco más compleja que una otoplastia, digamos, más clásica.

¿En qué consiste la otoplastia de reducción?

La otoplastia de reducción requiere cortar y eliminar la parte del cartílago sobrante, pero también implica ajustarlo, para obtener un resultado natural sin irregularidades. Para lograr esa forma más redondeada, estéticamente más equilibrada, en su parte superior.

Por lo tanto, necesitamos no solo deshacernos de una parte de cartílago para disminuir el tamaño de la oreja. Al mismo tiempo, debemos moldearlo, tallándolo, para mantener la armonía, la proporción y la máxima naturalidad que perseguimos en toda intervención estética.

¿Cómo son las cicatrices? ¿Tardaré mucho en recuperarme tras una otoplastia de reducción?

Al ser un abordaje diferente, también lo será el área donde se localicen las cicatrices. En una otoplastia más habitual, intervenimos desde la parte de atrás. Mientras que en la otoplastia de reducción, necesariamente tenemos que entrar por la parte de delante. Pero no debes preocuparte en absoluto, porque las cicatrices son perfectamente disimulables. La piel de la oreja es tan fina que las cicatrices quedan bien escondidas y son inapreciables.

A pesar de la complejidad técnica o de la gran experiencia que requiere esta intervención para que los resultados sean excelentes, puede realizarse con anestesia local y sedación. Y normalmente su duración se estima entre 2 horas y 2 horas y media.

El postoperatorio de la otoplastia de reducción es muy parecido al de una otoplastia más estándar. Los puntos son visibles, pero se retiran a los diez días, aproximadamente, desde la intervención.

Tampoco hace falta llevar la banda de sujeción y protección durante el día, solamente por la noche. Se recomienda dormir boca arriba a poder ser, para evitar apoyarnos en la oreja, y la recuperación es muy rápida sin grandes molestias.

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